lunes, 28 de septiembre de 2009

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Una niña y su inocencia despidiendo ilusiones desde la ventana, está sola y ni el rojo de la tarde la acompañan, apagaron la luz de su alma y ya no come, ya no habla...dice que llorando se le escapan las palabras. Puso sus muñecas dentro de una canasta, y grises de polvo decidió quemarlas. Ahora sin ilusiones, sin muñecas, sin lágrimas con un vestidito de mañana y con frío en la memoria, prefirió dormir infinitas lunas...y jugar en la nada.

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